Caminando por el cielo

Glorioso. Me va a costar describiros lo que vivimos todos los asistentes al encuentro disputado en Londres el pasado miércoles 6 de mayo de 2009. Pero voy a intentarlo:

Deciros que se ha hecho justicia en honor al futbol, este mágico deporte el cual parece estar tocado por alguna fuerza celestial que ordena a los equipos por meritos conseguidos a lo largo de su historia. ¿Os preguntareis que quiere decir esto?

Pues bien. A priori, el Chelsea, construido a base de talonario, un club antaño modesto venido a grande de la mano de un presidente cargado de fortuna, esta intentando construir desde hace unos años un equipo campeón. Pero como he dicho antes, parece que algo fuera del alcance de mi pensamiento hace que este bendito deporte sea especial y diferente, en el cual fichar estrellas, de hoy para mañana no significa alcanzar la gloria. Éste equipo ha tenido a tocar varias veces la gloria, pero se le escapa unas veces de una manera (recordar el penalty de Terry en la final del año anterior) y en ésta donde el Barça obró un milagro con 10, con el campo en contra y a un minuto del final del encuentro. Bien es cierto que la gloria solo la alcanzan aquellos que la persiguen, y en honor al futbol, me alegro sobremanera de haber conseguido el pase a la final de esta forma tan recanbolesca.

El Chelsea ahora mira al árbitro como culpable de su tragedia, pero como dijo aquel, todos somos culpables de todo y echar las culpas exclusivamente al árbitro es de equipo pequeño. Cierto es, que al menos dos penaltis existieron. Yo sobre el terreno de juego vi uno clarísimo en mi área, lo comenté, dije “se lo ha tragado el arbitro”, y por lo visto en la otra área también.

Una vez dicho esto, me hace especial ilusión haber ganado de esta forma, puesto que la manera de intentar pasar a la final de este equipo londinense fue, para mí, impropia de un equipo que quiere entrar en la historia de los más grandes. A mi juicio es justo el resultado. En el Camp Nou fue un esperpento de equipo, atrincherados y no queriendo jugar, allí tiraron noventa minutos a la basura, encomendándose a decidir el duelo en Stamford Bridge con el campo a favor, y eso tiene sus riesgos, por que delante tienes un gran equipo.

Una vez en su estadio el juego que desplegó fue un poco mejor, pero es increíble ver como con el ya 1-0 no querían jugar. Jugadores de primer nivel rifaban la pelota, no querían jugarla y esto no es digno, así no se alcanza la gloria, por el contrario la exquisitez del juego azulgrana en la que estamos inmersos habitualmente, en este partido quedo diluido por dos aspectos: el físico del Chelsea y el muro de Berlín impuesto por su técnico. Pero como os digo en este bendito deporte 1 + 1 no siempre son dos, y allí apareció don Andrés Iniesta un exquisito, refinado y excepcional jugador, que si os fijáis en como arma su pierna para no patearla, sino acompañarla con el alma y a su vez el corazón de tantísimas personas le acompañaba hasta llevar el balón a la red, a la red de la gloria.

Este Barça no baja los brazos, por que el espíritu de este equipo es ganador, otro equipo, hubiese caminado sin rumbo en esos últimos instantes pero este elenco de artistas NO!!!!. Ahora nos queda disfrutar de esta recta final apasionante y seguir soñando con este equipo de ensueño. Barça, por noches como las del miércoles somos quienes somos, por que solo los elegidos caminan por el cielo.